domingo, 2 de agosto de 2009

Un Camino Espiritual de Éxtasis EL TRANTA


PARTE II


La sexualidad da origen al milagro de la vida, es mediante ella que la creación es posible, y es por eso que aunque lo negamos, la sexualidad rige gran parte de nuestro mundo.


Ahora, no se sabe desde cuando, pero hubo un momento en que los seres humanos se separaron de una visión integral del sexo, y se volvió sólo una forma física de obtener placer, y el medio para tener bebés, dejando de lado todas las implicaciones espirituales.


Sin embargo, en el Oriente hubo una cultura que guardó esta tradición, donde la sexualidad era todo un camino para elevarse, trascender y alcanzar un despertar total mediante el cual se relaciona con el universo entero.


La disciplina que recupera y guarda con celo todo el conocimiento y las técnicas de sexualidad espiritual se ha conocido por siglos como Tantra. De esta forma, la sexualidad era todo un ritual para esta cultura, y se comprendía como una expresión de unión.


El Tantra era y es el rendimiento total y el abandono de cualquier condicionamiento cultural, mental e incluso emocional, de manera que la energía del universo regrese a nosotros y podamos verdaderamente ser libres.


Cuando las culturas se fortalecieron, se asentaron y se instituyeron como patriarcales, tal conexión se fue olvidando. Llegó la cultura judía y otras religiones monoteístas que vieron en el sexo todo un sistema de prohibiciones, en tanto era animal y alejaba de Dios.


Hoy en día, las formas orientales de sanación, el yoga, el Feng Shui y otras disciplinas que tienen una forma diferente de adquirir y enfocar la energía tienen un gran auge en Occidente.


No obstante, la energía sexual sigue relegada únicamente a los tántricos. Esta energía resulta ser la más poderosa que tiene el ser humano para alcanzar la divinidad e incluso la inmortalidad, según dicen aquellos que se han formado con las ideas tántricas.


La energía sexual funciona en el tantra como iniciador del Kundalini: la fuerza de energía biológica del cuerpo, y la funde con la energía universal del Todo. Esta unión con la Totalidad se conoce por muchos nombres en diversas tradiciones orientales, tales como Nirvana, Samadhi, o simplemente Divinidad.


Ahora bien, hay muchas diferencias entre todas estas tradiciones y no deben ser equiparadas. Por ejemplo, el Taoismo busca esta plenitud mediante la absorción de la energía, mediante el traslado de la energía externa a nuestro interior. El Tantra, por el contrario aboga por la liberación de esa energía y para eso sirve el sexo.


La razón por la que el Tantra tiene ese afán de liberación es la creencia de que no tiene sentido aferrarse a nada, si existe la eternidad, pues nos estaríamos aferrando a un pedacito de esa eternidad, teniendo la posibilidad de abarcarlo todo.

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